Las estrellas

A mí me gustan las estrellas porque son como una risa y son como las gotas de agua y como los picos de los gorriones y como una sábana. Las estrellas... las estrellas ahora son tarántulas, tarántulas derretidas que me incrustan
...
sus
patas
... en mi cerebro.
Y hacen que sea una ...masa... hermética, una caja con animales muertos y hedorosos dentro pudriéndose penetrante y lentamente y no caben otros pensamientos, sólo ellas y están por todos lados sin que nadie las vea, y estamos así cara a cara y me hacen daño con su fuego... su telón de terciopelo rojo ardiente... fuego que yo no puedo controlar, fuego de muerte, fuego acuoso y pegajoso. Yo estoy cómoda entre la viscosidad de los pensamientos de muerte porque es como vivir por curiosidad, pero es incómodo porque no puedo tocar a esas arañas que están ya en la cima de la vida, en la muerte estrellada, en la sábana de detrás del cielo.
Yo sé que es sólo un gran salto lo que me hace falta, un gran salto hacia los cristales, vidrios cortantes que se aparecen en mis sueños grises. Yo no quiero ya respirar oxígeno y nadie lo sabe, nadie puede saberlo porque nadie conoce a las tarántulas, nadie sabe que me asfixian y que... se inyectan... en las corrientes de mi mente.

Lo imperfecto es perfecto y lo perfecto también

Todo está hecho de felicidad; suena, huele y sabe a libertad, a aves que pían y vuelan segregando efluvios del paraíso. 

¿Dónde está la felicidad? Por doquier. ¿Por qué no la vemos? Porque estamos dentro de ella. Es algo semejante al que intenta ver la fachada de su casa desde su propia ventana; es imposible (o, en todo caso, distorsionado y doloroso). También podemos considerar que la felicidad es el color de nuestros ojos, ninguna persona puede contemplarse los ojos por que éstos están en ella misma. 

Pero llega un momento en el que consigues un espejo, encuentras unos ojos en los que reflejarte y verte, una mirada (su mirada, tu mirada...) que te descubre el país de la felicidad.

Basta con "saber" que la felicidad existe y con "luchar" por que no se extinga, "soplar" para que se expanda y broten flores multicolores cuya música teja tus sueños.

Todo está hecho de felicidad; suena, huele y sabe a libertad, a aves que pían y vuelan segregando efluvios del paraíso.